Este artículo pretende hacer un llamado
de consciencia para todos los profesionales del área de la construcción,
ciudadanos de nuestra ciudad y entidades del gobierno local responsables de
otorgar permisos, asegurar la ejecución correcta de las obras urbanas y cuidar
de nuestros recursos naturales.
En estos últimos días he prestado
especial atención a las construcciones
que se llevan a cabo en Santiago de los Caballeros; de repente se están
realizando varias obras de gran tamaño en un diámetro de aproximadamente 600
metros.
Dos situaciones específicamente me
consternaron. Me imagino que recordarán la línea de árboles que encontrábamos
en la Avenida Estrella Sadhalá frente al Domínico Americano, justo en la acera
donde se levanta una megaestructura que albergará un Supermercado X… Arrasaron
con todos los árboles de la acera, ¡¡con todos!! Simplemente porque les
estorbaba.
Me pregunto, ¿como otorgan los permisos
la entidad que se supone regula el Verde Urbano? Sin embargo usted quiere podar
un árbol en su residencia, y se lo ponen en Chino…$$$
Otra pregunta, ¿Que hicieron con todos
los árboles que habían en el solar vecino de la Superintendencia de Bancos en
la Avenida Juan Pablo Duarte? Justo donde se levanta otra megaestructura Y…
¡¡Me parece curioso que nadie diga nada!! Yo veía como derribaban esos pulmones
gigantes, todos los que pasamos por esa Avenida podíamos verlo y nadie se
inmutaba.
Talaban y sacaban en camiones sin preocupación
alguna y con todo descaro; con dinero se compra Poder y Silencio.
Felicito a X y Y por tan honorables
decisiones donde demuestran que no les interesa nuestro bienestar, a nuestros
ciudadanos por que no les importa que nos arrebaten los filtros naturales que
limpian el aire que respiramos, y a nuestras instituciones públicas por su
excelente trabajo de gestión y cuidado de nuestros recursos naturales; se
merecen un aplauso por su ejemplo.
Es lamentable y desalentador observar un
crecimiento descontrolado y mal gestionado, más aún contemplar el futuro gris
al que nos encaminamos como ciudad.
Ayer me reí bastante del coraje al ver la
ironía de quienes nos exigen cumplir las reglas siendo ellos los primeros que las rompen.
Les comento que llegaba al
estacionamiento de un edificio Z para estacionar mi vehículo… al desmontarme me
fijé que unos señores ligaban cemento sobre una plancha de cartón viejo sobre
la grama (bajo la sombra de un árbol), mientras una manguera verde como el
césped empapaba de agua el estacionamiento asfaltado… A un metro de esta escena
un letrero decía “Favor no pisar la grama”.
Escrito por: María Isabel Serrano Dina
-Publicado Martes 28 de Agosto 2012, periódico La Información, Santiago, Rep. Dom. -
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