lunes, 26 de noviembre de 2018

Los Proyectos ambientales de aprendizaje-servicio, herramienta clave para formar promotores ambientales.

El salón de clases se ha quedado corto ante las demandas de esta generación de discentes. Educar sin provocar la transcendencia de cada individuo carece de sentido al mismo tiempo que resulta en pérdida de tiempo.

Los proyectos ambientales de aprendizaje-servicio buscan colocar de protagonista a los estudiantes, ayudarlos a desarrollar herramientas que les permitan conducir procesos y propuestas, ejecutarlas y liderarlas. Involucrarlos en iniciativas sociales en las cuales ellos deban apropiarse de los proyectos, no los profesores ni los padres, les permite a los estudiantes conectar con la realidad de las problemáticas a las que nos enfrentamos cada día, generando una empatía con los casos de estudio que los lleve a constituirse en promotores ambientales.


Es interesante conocer el proceso en que ha derivado la iniciativa de certificar las escuelas a través del programa Eco escuelas que impulsa la FEE[1] y el Instituto de Derecho Ambiental de la República Dominicana. Este programa estimula la construcción de líderes ambientales protagonistas de transformar su entorno y de llevar el mensaje más allá de su escuela y comunidades.

Involucrar los estudiantes en procesos reales a través de programas y proyectos que desarrollan las organizaciones no gubernamentales, orientadas a trabajar con temas socio ambientales, representa una excelente estrategia docente que los ayuda a convertirse en promotores ambientales.

En el aula, se pueden enriquecer los procesos educativos a través de dinámicas colaborativas y debates de alternativas para la toma de decisiones que lleven a la resolución de problemáticas socio ambientales. Convertir el aula en un espacio de discusión para el análisis integral de los conflictos y las problemáticas comunes, empodera los estudiantes de su propio proceso de transformación reforzando el proceso con instrumentos didácticos para la reflexión, el cuestionamiento y la ponderación de ideas.

Es en el intercambio crítico, dinámico y recursivo que los planteamientos y fundamentaciones cobran vida a lo interno de los estudiantes, es cuando asumen una postura activa ante las necesidades socio ambientales del entorno promoviendo en ellos la intención de aportar con acciones reales y concretas a la construcción de un mundo mejor.

Tener la oportunidad de encontrarme en una posición de servir a la ciudad, el cual puedo combinar con mi trabajo docente universitario y escolar, me permite articular ambos esfuerzos para proporcionar escenarios en los cuales se involucren los estudiantes y sean ellos quienes lideren los cambios en las comunidades intervenidas, a través de los proyectos socio ambientales de la ciudad que trabajamos con las organizaciones no gubernamentales. La nueva educación ambiental ha reinventado el sistema entendiendo que solo veremos una conciencia ambiental al darles el control de tomar decisiones, producto de discusiones previas detonadas en las clases, y encauzar esa motivación que despierte en ellos dar continuidad al debate y sus propuestas, con hechos concretos, para verlos luego continuar en este voluntariado de causas justas, o asumiendo posiciones de poder para la toma de decisiones que benefician la colectividad.

Y puedo hablar por la experiencia ganada en este ámbito laboral, desde las vivencias que el aprendizaje transformador me ha brindado, saltar del método conservador hacia una metodología más humana, con visión crítica y abierta a la exploración de los asuntos relacionados con la ecología, la política, la economía y la sociedad; que los estudiantes puedan ahondar y examinar detenidamente, en detalle, la desigualdad social, y la relación del bienestar de una sociedad de consumo con las desavenencias sociales y ambientales; entrar a profundidad en campo con cada tema discutido en clase, favorece el compromiso social de los estudiantes desde una perspectiva transformadora internamente y hacia afuera.

Este carácter intelectual, analítico, crítico, activista, multicultural e inclusivo, experiencial, basado en valores y centrado en el estudiante de los proyectos de aprendizaje- servicio, favorece la comprensión de la complejidad de los problemas medioambientales, sociales, económicos, políticos y culturales. (Wade, 2001).


[1] Ver: http://www.ecoschools.global/  y https://idard.org.do/programas/eco-escuelas/




Escrito por: María Isabel Serrano Dina

Publicado:
Lunes 26 de Noviembre 2018
Santiago, República Dominicana

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