La crisis
global planetaria afecta la República Dominicana seriamente en diferentes aspectos. Sin lugar a dudas estamos recibiendo
el impacto de la industrialización, para ser un país en vía
de desarrollo, nuestro nivel de industrialización y desarrollo basado en sistemas tradicionales de producción, es suficiente para tensionar nuestros ecosistemas naturales y la calidad de vidad de las personas. Cito el documento "La Agonía Planetaria" de Edgar Morin y Anne
B. Kern, página 4, en el cual enumeran los problemas más generales que afectan
los países industrializados.:
“contaminación de las aguas,
incluidas las capas freáticas; envenenamiento de los suelos por el exceso de
pesticidas y fertilizantes; urbanización masiva de regiones ecológicamente
frágiles (como las zonas costeras); lluvias ácidas; almacenamiento de desechos
nocivos. En los países no industrializados: desertización, deforestación,
erosión y salinización de los suelos, inundaciones, urbanización salvaje de
megalópolis envenenadas por el dióxido de azufre (que favorece el asma), el
monóxido de carbono (que produce trastornos cerebrales y cardíacos) y el
bióxido de nitrógeno (inmunodepresor).”
Solo
en los útimos años, el pais ha experimentado un desarrollo agresivo del sistema
agrícola tradicional que se ha diseminado dentro del conjunto de áreas
protegidas productras de agua, una megaminería con daños indescriptibles, la
deforestación producto de la producción
ilegal de carbón vegetal, la urbanización acelerada sin planificación y la
contaminación de las fuentes hídricas como resultado del exceso de uso de
agroquímicos, procesos industriales sucios, la explotación minera y la
descargas de aguas negras y residuos sólidos por comunidades que viven próximas
a estos afluentes. Sumado a esto se incentiva la construcción de plantas
generadoras de electricidad a base de carbón mineral y los vehículos de motor
de alto consumo de combustibles fósiles y producción de CO2.
Para los países latinoamericanos con limitaciones
económicas cambiar su sistema de producción, requeriría antes que nada
generar incentivos para fomentar nuevos sistemas de generación energética a partir de
fuentes limpias y renovables, como también transformar los procesos
industriales a sistemas más limpios y de mayor responsabilidad social.
Conseguir la aplicación eficiente de la iniciativa Latinoamericana
y Caribeña para el Desarrollo Sustentable supone grandes retos y
nuevas legislaciones que apoyen e impulsen el desarrollo nacional por el camino
de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Resalto que en la República Dominicana el caso de
la deforestación masiva de nuestros bosques nativos y primarios en áreas
protegidas, es una consecuencia directa de la necesidad humana y la falta de
oportunidades, donde un 34% de la población está por debajo de la cobertura de
las necesidades básicas, y el 10.4% de
la población se encuentra viviendo en pobreza extrema, según el último censo
del 2010 realizado por la Oficina Nacional de Estadísticas y el informe de
seguimiento de Pobreza del 2010[1].
Además de un marco legal regulador que incentive
una nueva economía verde, asegurar el régimen de cumplimiento y el seguimiento
de los procesos, es indispensable para el cumplimiento de estos objetivos.
El llamado es a trabajar con las comunidades, las asociaciones de
agricultores y los campesinos, en nuevos modelos de producción de alimentos y la
preservación de los bosques productores de agua, junto con el pago por
servicios ambientales por parte de quienes recibimos el agua en la cuenca baja a quienes viven en la cuenca alta y media de los ríos, como forma de crear
conciencia y generar valor al cuidado de las zonas productoras de agua.
Otros aspectos deben estar garantizados a través de
becas para estudios en sostenibilidad y áreas de I+D, desde las empresas e
industrias y los gobiernos locales, para desarrollar nuevas capacidades y
tecnologías que mejoren el acceso a la calidad de vida de todas las poblaciones
rurales y zonas de vulnerabilidad.
[1] Informe de Seguimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio 2010,
recuperado de: http://portal.onu.org.do/republica-dominicana/datos/pobreza/32
Escrito por: María Isabel Serrano Dina
Publicado:
Domingo 23 de diciembre 2018,
Santiago, Rep. Dominicana
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