domingo, 15 de septiembre de 2019

¿Sabías que puedes estar consumiendo veneno a través de las frutas y verduras?


Buscamos más salud y vitalidad, pensamos que consumiendo mayor cantidad de frutas y verduras mejoramos nuestra calidad de vida. Pero no siempre es así, y caemos en el error de creer que todas las frutas y verduras son iguales o aportan los mismos nutrientes sin importar donde los compremos.

Pero, existe una gran diferencia entre las frutas y verduras producidas de forma agroecológica "orgánica o libres de agroquímicos y hormanas", y las producidas bajo un sistema de agricultura tradicional, donde son alterados desde el origen con la manipulación genética de la semilla, luego saturados con agroquímicos o “agrotóxicos”, y hormonas durante su desarrollo, y posteriormente conservantes sistéticos para que duren más tiempo antes de ser adquiridos en el mercado. 

Un pesticida peligroso, de alto uso en la industria agrícola del pais, prohibido mundialmente, es el glifosato.


Pero el glifosato no es el único. Un informe de la Comisión Europea identifica 162 sustancias activas que se sabe o sospecha que pueden ser disruptores endocrinos. Peras, manzanas, melocotones, naranjas, espinacas, pepinos, coles, lechugas, rábanos, remolachas, fresas, zanahorias, puerro, cebolla, perejil, apio, ajíes, tomates, papas, uvas, por mencionar algunas, resultaban estar muy contaminados con residuos de pesticidas disruptores endocrinos.

Las alteraciones que inducen los alteradores hormonales pueden darse a muchos niveles pudiendo causar los más diversos efectos: cáncer (próstata, testículo, mama), trastornos del metabolismo (obesidad, diabetes), trastornos reproductivos (disminución de la fertilidad, pubertad precoz en niñas), problemas cardiovasculares y alteraciones mentales y de la conducta (memoria, moti lidad, atención).

Según la Organización Mundial  de la Salud “las tendencias indican una creciente carga de ciertas enfermedades endocrinas en todo el mundo en la que los disruptores endocrinos probablemente juegan un papel importante, y las futuras generaciones también pueden verse afectadas”.

“Los disruptores endocrinos son un componente importante de las influencias ambientales sobre la enfermedad por lo cual la reducción de la exposición a los disruptores endocrinos podría tener un impacto importante en la prevención real de enfermedades, la inmensa mayoría de los productos químicos actualmente a la venta no han sido testados en absoluto para ver si causan estos efectos". (Organización Mundial de la Salud, 2012).

Hoy día las verdulerías y supermercados del mundo están en el ojo de la tormenta. Son muchos los estudios que afirman que la verdura y la fruta que recibimos está contaminada con residuos químicos, y lo que llega a nuestro organismo es veneno, a través de la imagen de "alimentos saludables". Pensamos que mientras más grandes y lindos se vean mejor, nada más alejado de la realidad. La historia de la hermosa y brillante manzana envenenada de Blanca Nieves.

Las frutas y verduras producidas bajo sistema agroecológico u orgánico, es la única garantía de consumir alimentos libres de los agrotóxicos y hormonas que alteran nuestra salud. 

Incluso los animales de granja bajo el sistema industrial tradicional, son criados bajo tortura, saturados con antibióticos y otras sustancias químicas, además de las hormonas de crecimiento que se les suministra para acelerar la puesta en el mercado... y todo esto termina en nuestro organismo. 

Si te has preguntado a qué se debe tantas personas con tumores, cáncer, diabetes, entre otras enfermedades mencionadas anteriormente... recuerda que eres lo que comes, y sólo con lavar las frutas y verduras o hervirlas, no remueves los residuos químicos que estos han acumulado hasta llegar a tu mesa.
 
¿Qué estamos consumiendo entonces? ¿Qué garantía tenemos de lo que comemos?

La respuesta es que mientras sea menos accesible la información de saber cómo y dónde se producen nuestros alimentos, mayor es el riesgo. La recomendación es comprar directo de productores locales, y asegurar que cumplen con los procesos agroecológicos correspondientes. Compra los productos orgánicos de temporada y acostúmbrate a consumir sólo los productos orgánicos que encuentraes disponible, sobre todo aquellas frutas y verduras que tienden a concentrar las agrotoxinas y hormonas en mayor proporción.

Los productos orgánicos no solo carecen de residuos de agrotóxicos, sino que son más sanos, el sabor es inmensamente más rico y natural y contibuyen con una buena salud. Ya lo sabemos: en la medida de lo posible, consumir fruta y verdura obtenida en mercados orgánicos o agroecologicos como mejor opción.



Escrito por: María Isabel Serrano Dina
Publicado: Domingo 15 de septiembre 2019,
Santiago, República Dominicana.

jueves, 10 de enero de 2019

De la sustentabilidad ecológica a la sustentabilidad económica.


La dimensión de la sustentabilidad económica pudiera considerarse una consecuencia tendencial del sistema de producción y la competitividad del mercado. Sin embargo, la acumulación de riquezas es y pretende continuar siendo el motor que mueve el mundo, lo que ralentiza cualquier cambio que intenta darse en el sector y la transformación de los sistemas de producción.

No obstante, es evidente que a pesar de la resistencia de los sectores conservacionistas que viven del capitalismo, quienes han basado la acumulación de fortunas en la industria de los combustibles fósiles y el despilfarro, el auge y la demanda de nuevas tecnología, limpias y eficientes, logran posicionarse no tan rápido, pero de manera sostenida.

jueves, 3 de enero de 2019

Consumo y producción sostenible en latinoamérica, ¿Es posible?


¿Es posible hablar de consumo y producción sostenible en la región latinoamericana?

Una granja de crianza libre con gallinas, vacas, cerdos, donde se alimentan y cuidan de manera natural, paseando libremente al sol y la sombra del arbolado. Una finca en la cual los cultivos están mezclados, por compatibilidad en el uso del suelo y absorción de nutrientes, libre de agroquímicos sintéticos, que funciona como la naturaleza lo hace en su estado natural. Una comunidad que se alimenta con productos de manufactura local, con criterios de responsabilidad social y procesos amigables con el ambiente. La autoconciencia para reducir el consumo de productos desechables de un solo uso, para erradicar el uso de productos derivados del petróleo, el aprovechamiento de las aguas grises y su eficientización para el consumo; una empresa que reduce el consumo de papel, que mejora la calidad de vida de sus empleados dentro y fuera de la empresa, que promueve hábitos saludables dentro de la empresa y desarrolla iniciativas para aportar a su entorno en mejora del ambiente y la sociedad.

Una ciudad que aprovecha al 100% los residuos inorgánicos revalorizando los materiales para generar valor y nueva materia prima, reduciendo con esto la necesidad de extraerlos del ambiente; y que procesa lo orgánico para producir abono, con procesos sociales inclusivos y participativos, contribuyendo simultáneamente a la reducción de las fuentes generadoras de contaminación. Un país que trabaja en reducir la pobreza, una de las mayores causantes de la contaminación urbana y rural, apostando a nuevos sistemas de producción que generen alternativas laborales con nuevas ofertas de empleo.