domingo, 8 de junio de 2014

A la velocidad de la luz pero entre tinieblas.


Y como por arte de magia, en un abrir y cerrar de ojos aparece una magna obra en Santiago deseada por más de 20 años. Un sueño realizado, ¡un gran logro para esta ciudad y sus conexiones! Festejos, adulaciones y sobaditas de hombro al Presidente de la República, por acordarse de nosotros, los siempre olvidados…

Me pregunto desde aquel día cumbre de inauguración del “gran sueño”, ¿Cómo puede inaugurarse una obra sin terminar? Porque faltan mas que detalles, todo por decir ¡Cumplí con la fecha prometida! ¡Aquí está Santiago tu gran obra!.


¿Es que somos tan pendejos? Nos pusieron un bolón de fresa en la boca luego de aplaudir como pingüinos… ¿Dónde están todos aquellos lindos de las fotos de esa gran mesa, invitados de honor, cómplices de aquella velada? Porque apuntando al desastre que tenemos ahora, los veo muy callados… ¿Estarán orando o haciendo penitencia por alguna travesura? ¿O será un silencio amarrado a intereses?

Sr. Presidente de la República Dominicana de dictadura peledeista revestida de democracia comprada, me parece se le fue algo más que la mano con nosotros, ¿O será que jaló demasiado rápido la soga casi al final?. Me atrevo en todo mi derecho reclamarle a usted y todos los participantes de la inconclusa obra llamada Circunvalación Norte, a todos y todas quienes sonreían en las fotos junto a usted.

¿No le parece que es suficiente ver el deterioro de esa gran inversión realizada con nuestros impuestos? ¿No le parece indignante el estado en que se encuentran seres humanos dejados a su suerte entre polvo, inundaciones, y un ambiente desgarrado por quienes usted mal designa para ejecutar sus planes?

Santiago no le agradece esto, quizás aquellos que recibieron pagos por su trabajo en esta obra, aquellos que esperan sacar algún beneficio y aquellos borregos que viven de pasar el quita pelusa a chaquetas de poder, quizás ellos y ellas si.

Créame, más que una bendición nos ha dejado un conflicto mayúsculo. Es lamentable ver que a pesar de la buena intención de su parte, de la cual estoy segura, se ha mostrado poco interesado en dar por terminada esta obra y resolver las situaciones de las comunidades que atraviesa esta vía. CERO respuestas, entre sordos y mudos.

Los vicios de construcción están siendo más que evidentes en tan solo tres meses de cortada la cinta. El impacto ambiental y social es suficientemente alarmante como para haber tomado medidas definitivas y sin demora, recuerde las lluvias son un gran acelerador del detrimento de lo que poco le queda por terminar, y se traduce en pérdidas económicas importantes mas reinversiones, ¿Entiende? ¡¡¡Eso significa gastar más de nuestros impuestos, gastar en arreglar y reconstruir!!!.

Esto no puede llamarse desarrollo, así no se avanza. La prisa nunca es buena amiga de la excelencia, la calidad y la permanencia.

A esto se le añaden los asentamientos informales que ya empiezan a imponerse en las inmediaciones, cercas movidas apoderándose de terrenos del estado, destrucción del nuevo parque de Gurabo de forma irrespetuosa y abusiva, entre otros etcétera…

No vivo ni cerca de esta vía, aclaro, de hecho no he tenido necesidad de usarla hasta el momento pero, ¡me duele mi ciudad!, me solidarizo con las comunidades y sus dolencias, y me hago voz junto a ellos y ellas, aún cuando pocos griten. No tenemos que ser afectados directos para reclamar un derecho que es de todos y todas. Vivas o no vivas cerca, afectado/a o no, tus impuestos están en esta “obra” y tu representas esta ciudad, TU SANTIAGO también es TU deber y te debe doler, mientras el senador cena, los disputados se tiran papelitos y el alcalde muestra su diente de oro, algunos de poder planifican como hacerse más ricos, más poderosos, o ambas.


Escrito por: María Isabel Serrano Dina 
-Publicado Martes 27 de Mayo 2014, periódico La Información, Santiago, Rep. Dom.-

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