Y
como por arte de magia,
en un abrir y cerrar de ojos aparece una magna obra en Santiago deseada por más
de 20 años. Un sueño realizado, ¡un gran logro para esta ciudad y sus
conexiones! Festejos, adulaciones y sobaditas de hombro al Presidente de la
República, por acordarse de nosotros, los siempre olvidados…
Me
pregunto desde aquel día cumbre de inauguración del “gran sueño”, ¿Cómo puede
inaugurarse una obra sin terminar? Porque faltan mas que detalles, todo por
decir ¡Cumplí con la fecha prometida! ¡Aquí está Santiago tu gran obra!.
¿Es
que somos tan pendejos? Nos pusieron un bolón de fresa en la boca luego de
aplaudir como pingüinos… ¿Dónde están todos aquellos lindos de las fotos de esa
gran mesa, invitados de honor, cómplices de aquella velada? Porque apuntando al
desastre que tenemos ahora, los veo muy callados… ¿Estarán orando o haciendo
penitencia por alguna travesura? ¿O será un silencio amarrado a intereses?
Sr.
Presidente de la República Dominicana de dictadura peledeista revestida de
democracia comprada, me parece se le fue algo más que la mano con nosotros, ¿O
será que jaló demasiado rápido la soga casi al final?. Me atrevo en todo mi
derecho reclamarle a usted y todos los participantes de la inconclusa obra
llamada Circunvalación Norte, a todos y todas quienes sonreían en las fotos
junto a usted.
¿No
le parece que es suficiente ver el deterioro de esa gran inversión realizada
con nuestros impuestos? ¿No le parece indignante el estado en que se encuentran
seres humanos dejados a su suerte entre polvo, inundaciones, y un ambiente
desgarrado por quienes usted mal designa para ejecutar sus planes?
Santiago
no le agradece esto, quizás aquellos que recibieron pagos por su trabajo en
esta obra, aquellos que esperan sacar algún beneficio y aquellos borregos que
viven de pasar el quita pelusa a chaquetas de poder, quizás ellos y ellas si.
Créame,
más que una bendición nos ha dejado un conflicto mayúsculo. Es lamentable ver
que a pesar de la buena intención de su parte, de la cual estoy segura, se ha
mostrado poco interesado en dar por terminada esta obra y resolver las
situaciones de las comunidades que atraviesa esta vía. CERO respuestas, entre
sordos y mudos.
Los
vicios de construcción están siendo más que evidentes en tan solo tres meses de
cortada la cinta. El impacto ambiental y social es suficientemente alarmante
como para haber tomado medidas definitivas y sin demora, recuerde las lluvias
son un gran acelerador del detrimento de lo que poco le queda por terminar, y se
traduce en pérdidas económicas importantes mas reinversiones, ¿Entiende? ¡¡¡Eso
significa gastar más de nuestros impuestos, gastar en arreglar y reconstruir!!!.
Esto no puede llamarse desarrollo, así
no se avanza. La prisa nunca es buena amiga de la excelencia, la calidad y la
permanencia.
A
esto se le añaden los asentamientos informales que ya empiezan a imponerse en
las inmediaciones, cercas movidas apoderándose de terrenos del estado,
destrucción del nuevo parque de Gurabo de forma irrespetuosa y abusiva, entre
otros etcétera…
No
vivo ni cerca de esta vía, aclaro, de hecho no he tenido necesidad de usarla
hasta el momento pero, ¡me duele mi ciudad!, me solidarizo con las comunidades
y sus dolencias, y me hago voz junto a ellos y ellas, aún cuando pocos griten.
No tenemos que ser afectados directos para reclamar un derecho que es de todos
y todas. Vivas o no vivas cerca, afectado/a o no, tus impuestos están en esta
“obra” y tu representas esta ciudad, TU SANTIAGO también es TU deber y te debe
doler, mientras el senador cena, los disputados se tiran papelitos y el alcalde
muestra su diente de oro, algunos de poder planifican como hacerse más ricos,
más poderosos, o ambas.
Escrito por: María Isabel Serrano Dina
-Publicado Martes 27 de Mayo 2014, periódico La Información, Santiago, Rep. Dom.-
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