Desde la matemática
simple hasta el atropello a los derechos ciudadanos, el Parque Duarte de
Santiago es ejemplo de irresponsabilidad, arbitrariedad, manipulación de medios
e incompetencia.
Lo cierto es que
veintiséis árboles desaparecieron como por arte de magia, así nada más se
esfumaron, y nadie es responsable pero todos son cómplices.