Dice un dicho que no hay mayor sordo que aquel que busca
sus propios intereses y se tapa los oídos. Lamentablemente vivimos una época
difícil, atrapada entre la indiferencia y desinterés de los Santiagueros, si
aun podemos decir que lo somos, y el autismo oportuno de las autoridades
locales.
Resulta asfixiante observar la superficialidad de
vida que hemos adoptado, solo nos interesa producir dinero, mas que para vivir
dignamente, con el único propósito de competir con el entorno… y por supuesto
PODER.
La sociedad actual sufre una decadencia en valores
inaceptable, todo lo mueve papeleta; de ser fruto de una familia forjada en
valores y principios, pasamos a la familia “moderna” cada quien a lo suyo, el
Amor para otro momento.