A casi 2 años de producir una serie de 4 escritos sobre las polémicas plantas a carbón de Punta Catalina, siguen las intríngulis arropando este proyecto, la República Dominicana se mantiene en una incertidumbre entorno al verdadero costo económico, social y ambiental que pesará sobre los hombros de cada uno de nosotros.
El reciente llamado a ratificación del acuerdo de París por parte de las Naciones Unidas, acuerdo que promueve la reducción de las emisiones de dióxido de carbono para el 2030 en un 25%, y la controversia desencadenada a partir de la aprobación de USD$600 millones por parte del Congreso Nacional para inyectarle al proyecto de Punta Catalina, ha despertado nuevamente la atención y preocupación del país.