La ciudad ideal no es la que no genera basura, es
la que se hace consciente de la basura que genera, y la gestiona
apropiadamente.
Hacernos sensibles sobre la contaminación que
generan los residuos urbanos, es el primer paso para entender que una ciudad
limpia depende de todos, nuestra salud depende de mi, de usted, del vecino, del
turista, de los vendedores ambulantes, de las instituciones públicas y
privadas… depende de todos.
Crear la consciencia del impacto ambiental de la
basura no es tan sencillo cuando lo vemos como un problema de otro, como algo
etéreo; sin embargo, aterrizar ese impacto ambiental a la imagen de la ciudad y
la sanidad social, nos permite comprender la relevancia del tema y su
implicación en el bienestar integral de cada ciudadano ó la falta del mismo.
La basura es un problema de todos, y es serio. El
corazón de Santiago vive una época difícil por descuido y desinterés de muchos
de nosotros, el estilo de vida consumista promueve una economía que induce a la
alta generación de desechos sólidos, a mayor generación de desechos, mayor el
impacto visual, social y ambiental… también económico.
Es muy importante reducir nuestro consumo, y
concienciarnos en la necesidad de conocer lo que adquirimos… porque finalmente
será basura, y no queremos una ciudad contaminada (fea y enferma).
Buscar un segundo uso, una segunda vida a los
productos que adquirimos, ayuda significativamente en la reducción de los
desechos sólidos acumulativos.
Una práctica que está despertando la motivación de
personas alrededor del planeta es “recuperar”. En diferentes áreas podemos
apreciar los resultados positivos de recuperar materiales y objetos
considerados residuos, para convertirlos en materia prima de nuevos elementos
en lugar de explotar los recursos naturales no renovables, tanto para
reutilizar como para reciclar.
Santiago de los Caballeros ya dispone de plantas de
reciclaje, sobre todo para reciclar el plástico. Se recupera desde el punto de
acumulación final, se separan los diferentes tipos de plástico, se
descontaminan, se procesan y se revenden ó exportan. Hasta el momento, en
Santiago el reciclaje se trabaja desde la
postclasificación, esto quiere decir que luego que nuestros residuos
llegan al vertedero común de Rafey, recicladores formalizados en una asociación,
recuperan los residuos sólidos para venderlos a industrias locales y
recicladoras.
Pero la idea del reciclaje funciona mejor cuando
pre clasificamos la basura, desde nuestro hogar, trabajo, empresa, industria…
desde donde se genera. Separar los residuos sólidos inorgánicos como plástico,
vidrio, papel y cartón, metal, caucho y materiales tóxicos, es indispensable
para que el reciclaje tenga éxito en este paso.
Pero necesitamos que se cree un círculo cerrado al
reciclar. Separar la basura en el origen (pre clasificar), disponer de
depósitos específicos para cada tipo de desecho en las comunidades, una
recogida eficiente para cada clase de basura, un lugar adecuado preparado para
la recepción de los grupos de desechos, y una gestión correcta del procesado de
los materiales en las industrias recicladoras… sobre todo un mercado de demanda
que incentive la economía del reciclaje.
La basura mueve una nueva economía, genera empleos,
sobre todo permite que diferentes estratos sociales se beneficien de la
práctica… desde el que reduce su consumo, el que se gana la vida recuperando
materiales reciclables de la basura… hasta el que disfruta de una ciudad menos
empañada por el cúmulo de residuos y la suciedad.
El reciclaje es bueno, nos beneficia a todos, pero
también nos necesita a cada uno de nosotros para que la actividad se desarrolle
en sus diferentes etapas, y se mantenga de forma cíclica ininterrumpida.
Nuestra ciudad merece el interés y trabajo de los
que vivimos en ella, entre todos formamos el corazón de Santiago, y una buena
forma de cuidar nuestra ciudad es a través de una buena gestión de los residuos
urbanos.
Escrito por: María Isabel Serrano Dina
-Publicado Julio 2013, Revista Cooperativa La Altagracia, Edición Especial Santiago, Rep. Dom.-
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