Dice un dicho que no hay mayor sordo que aquel que busca
sus propios intereses y se tapa los oídos. Lamentablemente vivimos una época
difícil, atrapada entre la indiferencia y desinterés de los Santiagueros, si
aun podemos decir que lo somos, y el autismo oportuno de las autoridades
locales.
Resulta asfixiante observar la superficialidad de
vida que hemos adoptado, solo nos interesa producir dinero, mas que para vivir
dignamente, con el único propósito de competir con el entorno… y por supuesto
PODER.
La sociedad actual sufre una decadencia en valores
inaceptable, todo lo mueve papeleta; de ser fruto de una familia forjada en
valores y principios, pasamos a la familia “moderna” cada quien a lo suyo, el
Amor para otro momento.
Santiago está huérfana de dolientes, y ante la
indiferencia de sus habitantes, solo preocupados por adquisición de bienes
materiales, las autoridades locales navegan en un mar sin olas, a bordo de un
velero que pagamos todos los indiferentes que aportamos al estado.
De igual manera es alarmante el futuro previsible
de la “ciudad corazón” de continuar sumida en esta dosis de indiferencia y
autismo, pareciera que la indiferencia de los Santiagueros fue adquirida con
prescripción médica y sin antídoto…
Es inevitable sentirse indignada y preocupada por
tal combinación, ¿A qué se debe la transformación negativa de una ciudad que
enorgullecía su gente por su historia, su cultura, sus grandes revolucionarios
y revolucionarias, intelectuales… una sociedad ejemplo para el país? ¿Será que
un “virus” nos contagió la apatía?
Mientras sufrimos de este mal, nos roban la ciudad
en las narices; lo que mas cuesta entender es nuestra capacidad de adaptación y
tolerancia ante el descarado crimen autorizado.
Vivimos en un Santiago con dos realidades: el
Santiago del que todo está bien, no me he dado cuenta, no tengo tiempo, no veo
noticias, eso es lo que hay y no es mi problema; y el Santiago sumergido en
basura, en proceso de perder su capacidad de habitabilidad por la mala
administración pública de nuestros recursos, la tala indiscriminada de árboles,
el “loco” proyecto del Yaque, el crecimiento mal planificado e insostenible de
la ciudad, la contaminación ambiental… larga lista.
En el Santiago del primer grupo también habita el
Alcalde junto con todos sus abanicos y demás instituciones autistas, muy
convenientemente, además de valerse de estos habitantes indiferentes para
apropiarse de las decisiones de todos, el Sr. Alcalde asumió un mundo ideal en
el cual se ha dado al afán de invitar los incrédulos a dar un paseo guiado por
su Santiago paralelo, incluso a los mismo Santiagueros… esto deja mucho que
pensar del Sr. Alcalde y sus discípulos, lo que es tan evidente no requiere
palabras, a pesar de la publicidad paga para todos los residentes de esta
ciudad es palpable el nivel de descomposición del que Santiago se hace notar
por la basura.
Sr. Alcalde, la costosa publicidad de que presume
con nuestros recursos, no le ayudará en difuminar la proyección de una ciudad
que pierde su brillo por sus antojos no prioritarios, por encima de las
necesidades de aire limpio para respirar.
La impotencia ante la arrogancia del que se piensa
eterno en su mundo etéreo. ¿Y nosotros sociedad civil, seguiremos pagando el
alto costo de nuestra indiferencia? ¿Cuántos
veleros mas financiaremos?
Santiaguero hágase el favor y reaccione, salga de
su burbuja, su ciudad le necesita. Santiago es de Todos.
Escrito por: María Isabel Serrano Dina
-Publicado Martes 20 de Agosto 2013, periódico La Información, Santiago, Rep. Dom.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario