En una panorámica Global, apreciamos los
avances de las Energías Renovables en países similares a la República
Dominicana, sobre todo dentro del contexto Latinoamericano.
La República Dominicana, igual que sus
países vecinos, posee un gran potencial en energías renovables, sobre todo en
la fotovoltaica y la eólica. Esto beneficia la economía y el desarrollo,
siempre que las leyes de incentivos sean las adecuadas.
Se generan nuevas fuentes de empleo, se
reduce la contaminación ambiental y el gasto público propiciado por el déficit
fiscal del área energética.
Este país tiene amplias posibilidades para
producir su propia energía limpia sin necesidad en depender de los combustibles
fósiles o de los recursos hídricos, estos últimos en etapa crítica por la
escasez del recursos agua y la fuerte contaminación ambiental que vivimos.
Según el documento Objetivos del
Milenio 7 (ODM7), el Estado Dominicano ha asumido un gran compromiso a través
de su Constitución con la sostenibilidad ambiental. Cito el documento: El
Artículo 67 establece la obligación de “prevenir la contaminación, proteger y
mantener el medio ambiente en provecho de las presentes y futuras
generaciones”. En tal sentido se establece que “los poderes públicos prevendrán
y controlarán los factores de deterioro ambiental, impondrán las sanciones
legales, la responsabilidad objetiva por daños causados al medio ambiente y a
los recursos naturales y exigirán su reparación.” (pg 41, ODM7)
El aprovechamiento de los recursos naturales no
renovables, sólo pueden ser explorados y explotados por particulares, bajo
criterios ambientales sostenibles (Art. 17. Sobre los recursos hídricos, la
Constitución dispone que “el agua constituye patrimonio nacional estratégico de
uso público, inalienable, imprescriptible, inembargable y esencial para la vida.
El consumo humano del agua tiene prioridad sobre cualquier otro uso...”
(Artículo 15). (pg 41, ODM7)
¿Donde queda el compromiso del Estado Dominicano
con el Desarrollo Sostenible del país y la gestión adecuada de sus recursos? La
pregunta sigue abierta y sin respuesta verdadera…
En el mismo orden el Banco Interamericano de
Desarrollo (BID), ha incrementado su financiamiento para proyectos ambientales
en América Latina y el Caribe. Sólo en 2011 el BID aprobó US$736 millones para
proyectos del sector privado en energía renovable y eficiencia energética.
"América Latina y el Caribe se ha comprometido a
reducir su huella de emisiones de gases de efecto invernadero", explicó Hans Schulz, gerente general del Departamento de
Financiamiento Estructurado y Corporativo del BID.
La Agencia
Internacional de la Energía espera que para 2030 los países latinoamericanos
aumentaran en un 50% su demanda energía de fuentes renovables.
Mientras América
Latina avanza en su producción energética de fuentes limpias y renovables, La
República Dominicana implementa un retroceso a través de la reducción de los
incentivos a este mercado energético. La producción de energía renovable
tendría un incentivo de exención tributaria de 40% en lugar del 75% establecido
en la ley 57-07 hasta su actual modificación.
Con esta reducción,
no sólo se retiran del mercado los inversionistas locales y extranjeros,
afectando seriamente el desarrollo de esta tecnología, además resulta en otras
implicaciones que restan posibilidades al Desarrollo Sostenible y el
crecimiento económico del país.
La dependencia de
combustibles fósiles representa una problemática de alto costo y disponibilidad
partiendo de nuestra realidad: La República Dominicana depende de las
cotizaciones externa del barril de petróleo.
Entonces, ¿Porqué no
incentivar la producción energética local en lugar de continuar la sujeción a
un sistema obsoleto e insostenible para el país? Todos conocemos la respuesta…
Escrito por: María Isabel Serrano Dina
-Publicado Martes 20 de Noviembre 2012, periódico La Información, Santiago, Rep. Dom.
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