La actividad agroforestal, incluso manejada con
criterios de sostenibilidad, no es compatible con los bosques naturales nativos
que tienen como función principal producir agua.
La propuesta que nace en el seno del Ministerio de
Medio Ambiente y Recursos Naturales, en su Ministro específicamente, presenta
un modelo de reforestación ambiguo y con más sombras que luces, a partir de
cultivos como aguacate, cacao y café, en sustitución de productos de ciclo corto
que hasta el momento son la base del conuquismo que destripa el Parque Nacional
Valle Nuevo.
La propuesta del Ministro tiene su origen en la
capacidad de estas especies para retener humedad en sus raíces, y su
contribución en evitar la erosión del suelo, aportes significativos a
considerar en zonas deforestadas, parcelas de tamaño controlado, con manejo
sostenible y bajo un sistema de policultivo o diversidad de cosechas; y por
supuesto en zonas que no requieran manejo especial de protección, como lo son
las Áreas Protegidas, dígase Valle Nuevo, Sierra de Bahoruco, Los Haitises, y demás
espacios protegidos por la ley Sectorial de Áreas Protegidas 202-04 y la ley
64-00 de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Por ejemplo, un cultivo de aguacate demanda casi el
doble de agua que un bosque bastante denso, lo que significa que menos agua
alcanza los ríos de montaña de los que dependen los bosques, los animales, las
comunidades y los agricultores aguas abajo.
El uso de agroquímicos en estos cultivos representa una
amenaza agregada para las especies que se refugian en estas zonas, algunas de
ellas en peligro de extinción. También para la calidad del agua que se infiltra
en el suelo que luego alimenta nuestros ríos, para la calidad del aire, y para
la vida misma.
Tan importante es la preservación de los bosques
productores de agua como incentivar agricultura bajo un manejo sostenible en
las zonas destinadas a esta actividad, pues somos lo que comemos, y ciertamente
estamos envenenando nuestro sistema con tantos agroquímicos que absorben los
alimentos que se cosechan bajo siembras tradicionales. Tantas enfermedades en
la actualidad tienen parte de su origen en el exceso de químicos agrícolas,
antibióticos en los animales y hormonas de crecimiento acelerado en ambos.
Pero incluso la actividad agroforestal bajo un manejo
sostenible es incompatible con la producción de agua, y en este sentido hago
referencia al caso de México en el cual la producción de aguacate colocó
en peligro de extinción siete especies de pino, alterando el ciclo hidrológico
significativamente en el mediano plazo. Como evidencia del caso de México dejaré
el enlace del estudio realizado por la organización GreenPeace sobre el impacto
de los aguacates. https://www.greenpeace.org/mexico/Global/mexico/report/2012/1/revolucionforestal_doc.pdf
Pero además según el estudio
realizado por la Federación Nacional de Cacaoteros de Colombia en 2013, el monocultivo
del Cacao en Colombia produjo la reducción del caudal de agua y afectación de
la biodiversidad en el corto plazo, mientras que en el mediano plazo provocó la
contaminación del suelo y el agua por agroquímicos, la erosión y la pérdida de
la biodiversidad.
Finalmente el café, bajo un
sistema de monocultivo, ha provocado los mismos efectos que el Cacao, según
estudios realizados por la Universidad de Austin Texas, incrementando considerablemente
la pérdida de hábitats ricos en biodiversidad y la erosión del suelo.
Estos estudios permiten abordar con
mayor claridad y objetividad la agroforestería y su incompatibilidad con los bosques
productores de agua, contribuyendo incluso al cuestionamiento lógico del
sistema tradicional de cultivo o monocultivo que aún prevalece en el país y que
demuestra atentar contra la sostenibilidad de la actividad misma, y la
capacidad de regeneración biológica de nuestros recursos naturales.
Considerar
alterar las condiciones naturales de bosques vírgenes algunos
primarios, de alta fragilidad y vulnerabilidad ante agentes externos a
su ambiente controlado, queda simplemente fuera de toda posibilidad.
Queda pendiente continuar el proceso de rescate de Valle Nuevo por la vertiente sur, Ocoa, al igual que se llevó a cabo en Constanza, donde los productores fueron reubicados con vivienda y parcelas para continuar su actividad agrícola, fuera del Parque. Tarea pendiente que esperamos el actual Ministro asuma sin más demora.
Si continuamos reduciendo la capacidad productiva de agua del país, también veremos afectada seriamente la capacidad productiva de alimentos entre otras actividades económicas y humanas.
Escrito por: María Isabel Serrano Dina
Publicado Miércoles 4 de julio 2018, Santiago, República Dominicana.
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