Imposible
guardar silencio ó indiferencia cuando se vive en una ciudad donde impera el
desentendimiento de las autoridades locales, y la complicidad de quienes deben
su dignidad y honor a un cheque de supervivencia.
Duele
apreciar bailes y celebraciones de una gestión que ve pasar cadáveres de niños
y adultos en consecuencia del dengue y otras afecciones derivadas de la
situación de insalubridad de la ciudad, cobrando vidas de Santiagueros y
Santiagueras de todas las edades y estratos sociales, sobre todo de aquellos
que debieron renunciar al desodorante para comprar salud en nuestros
“hospitales públicos”… públicos más no gratuitos…